vaya día ha amanecido, lo dicho, mi amigo el palentino cantando desde buena mañana es el terror de cualquier meteorólogo. Y como no, nuestros compañeros de albergue franceses tienen otros horarios metabólicos y desde las 6 de la mañana están a ritmo de 12 del mediodía españoles, una historia.
Sin más tiempo ni posibilidades para dormir, salimos a eso de las 7 y media con el tiempo habitual que me acompaña con Mario. Hacía tiempo que no pasaba tanto frío, se me entumecen los dedos de los pies, aunque lo bueno es que así no me duele casi nada el pie.
La llegada a Salamanca me llevó por algunos kilómetros de asfalto hasta que localicé un estupendo carril bici que me llevó hasta el mismo puente romano a través de parques y autovías. Eso me hizo pensar que eso en Almería o Aguadulce o entre ambos es imposible.
El puente romano me invita a cruzar hacia la zona de la Catedral y el albergue, pero antes tengo que pararme a hacer algunas entrevistas con la prensa local. Cuando no es Nico el que me para son los que llama Nico, espero que el docu quede bien, jajaja (seguro)
Al llegar al albergue me recibió Ramón, una cara conocida de otro albergue en el camino recién trasladado. Un tipo serio, pero que se le pilla el tranquillo. Lo más sorprendente del día ha sido conocer al gran amigo Alberto, de la prensa digital de Salamanca. Me ha acompañada hasta el albergue, nos ha regalado unas rosquillas tradicionales de aquí y me ha dado dinero para ayudarme en el viaje, impresionante. Pero no contento con ello nos ha traído un hornazo para mañana.
El día ha sido muy duro y después de despedirme de Mario, he caído redondo y tranquilo ya que la habitación la compartía con el equipo de Digital Master.
Al día siguiente he tenido una mañana movidita, a las 10 hemos estado charlando un rato con Victor Hernández y Carmelo González, de Salamanca en la vía de la plata. Camino de Santiago, la Asociación peregrina y de senderismo de Salamanca a quienes debemos su colaboración en esta ciudad y que me han invitado a volver a pasarme por aquí, aunque sea en moto. Al rato vinieron los chicos de la televisión autonómica con los que estuve charlando para un reportaje, aunque no he tenido la oportunidad de verlo.
Los de el equipo de Nico se han estado burlando de mis supuestas "tablas" ante la cámara, aunque yo no lo veo tan gracioso, o sí.
Para culminar mi integración en la ciudad, fui a comer con el equipo al río. Era la festividad local de Lunes de Aguas y la gente baja al río a comerse un fantástico hornazo, una especie de empanadilla gigante rellena de chorizo y bacon, una delicia vamos.
Sin darme cuenta de mucho más, estábamos celebrando el cumpleaños de Nico, el dire, en un bar del casco histórico. Buenas jarras de cerveza, patatas… no me acuerdo, ¿enmarañas?, era como puré de patata natural con chorizo, torreznos y bacon, muy bueno. Pero lo mejor fue la parrillada de la casa, qué morcilla, qué costilla y yo recortándome en las cenas. Estaba todo muy rico, con permiso de mi hermana y mi cuñao.
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